ABAI-2: tarea 2
El cambio de paradigma historiográfico en la segunda mitad del siglo XX
Como
sucede con cualquier otra disciplina científica, la historiografía (o ciencia
histórica) no es un concepto estanco. Desde su establecimiento a finales del
siglo XVIII, la historiografía ha sufrido cambios profundos en la forma de
entender el objeto de su estudio, y estos cambios han
sido reflejados en los distintos paradigmas. La segunda mitad del siglo XX fue
testigo de un profundo cambio en la forma en que los historiadores e
historiadoras abordaban el estudio del pasado. Este periodo, precedido por la
escuela de los Annales en la década de los 30, estuvo marcado por el
surgimiento de nuevas corrientes historiográficas que desafiaron las narrativas
tradicionales, centradas principalmente en los grandes eventos políticos, las
figuras prominentes y las estructuras de poder dominantes. En su lugar, emergieron
enfoques que buscaban dar voz a los marginados, explorar las dinámicas sociales
y culturales, y cuestionar las narrativas hegemónicas del historicismo,
corriente que habría marcado el desarrollo historiográfico a lo largo del siglo
XIX.
Este
cambio de paradigma no fue simplemente una evolución natural de la disciplina,
sino una respuesta a las demandas de un mundo en transformación. Los historiadores
e historiadoras, influidos por los movimientos sociales, las nuevas teorías y
el deseo de democratizar el conocimiento, comenzaron a explorar temas y
enfoques que habían sido ignorados o marginados.
Algunos
ejemplo de las corrientes que surgieron de esta ruptura y que influencian a
toda la producción científica de la historia hasta el presente son, por
ejemplo, la historia social con autores como E.P. Thompson, Eric Hobsbawm y
otros miembros de la escuela marxista británica; la historia cultural de Peter Burke, Carlo
Ginzburg (autor de El queso y los gusanos, obra clave de 1976 para la
sub-corriente de la microhistoria) y Natalie Zemon Davis; la historia
decolonial y subalterna de Frantz Fanon, Aníbal Quijano, Edward Said y Gayatri
Spivak; o la historia de las mujeres y
la incorporación de la perspectiva de género con autoras como Joan Scott
y Judith Butler.
En
conjunto, estas corrientes representaron un cambio de paradigma en la forma de
entender y escribir la historia. Ya no se trataba solo de narrar los hechos,
sino de interpretarlos desde múltiples perspectivas, reconociendo la diversidad
de experiencias humanas y cuestionando las narrativas dominantes. Este giro
historiográfico no solo enriqueció nuestra comprensión del pasado, sino que
también abrió nuevas preguntas y lecturas de fuentes historiográficas y nuevos desafíos
para el futuro de la disciplina.
Buen trabajo. Como desconozco el tema no puedo juzgar cuan fiel a la idea de Kuhn son esos cambios, pero en todo caso es una buena reflexión sobre la evolución conceptual de la disciplina.
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